Entre los ecos de las ostias que sobrevuelan a las barretinas que quieren irse (normal), peligrosos terroristas tuiteros comienzan a entrar en la cárcel.

«Entra en prisión la primera persona por publicaciones en redes sociales»

Qué hacemos: ¿nos mantenemos calladitos? ¿es que todos podemos ser terroristas sin haber tocado nunca un arma?

Las bromas no les hacen gracia a los fachas de la inquisición: mal gusto es para ellos sólo cuando faltan a su ‘raza‘.

Ellos defienden a su manada desde sus altares elevados, con las garras rancias renovadas de una mala transición: viejos buitres en desaparición, con poder pa’ aferrarse a la dictadura. Huele a cerrado en España.

El cadáver de Franco sigue expuesto en la habitación: o respiras su aire nacional-infecto, o ahí tienes la puerta de salida;
si te vas, renuncias a ti
si te quedas, contagias o enfermas de rabia
No hay salida.

La patria está bien podrida. Guarden silencio por ella mientras los mismos buitres de siempre revolotean sobre nuestros cuerpos cansados y moribundos.

Quieren despedazarnos y devorarnos, y luego cagarnos dentro de esta habitación sofocante
hasta llevarnos a la plena asfixia.

O hasta que nadie más sepa oler y triunfe la peste, sin oposición.

En una bella ilusión democrática, la mordaza es solo una mascarilla quirúrgica.

Y si aun así, dentro de este campo abonado por ellos, les diese a algunas flores por germinar… las mutilarían : ha quedado prohibido ser más que malas hierbas. Ha quedado prohibido desafiar al mal olor…

Pero en un país sin ventanas, sin rastro de aire puro ni nueva luz que lo penetre… es sólo cuestión de tiempo que todos caigan. No tengan duda. Es una cuestión biológica:

La Vida necesita Vida