Mujeres adultas en frente de los estancos
cerrados,
esperando,
cual tigres enjaulados,
su próxima apertura.
Jóvenes perdidos
en la más absoluta certeza
de siempre venir de vuelta,
pidiendo auxilio a la luna
entre lágrimas de ron.
Mentirosos compulsivos,
convencidos de tener alas
y de que los demás también las ven.
Vuelan así los fantasmas.
Madres solteras que se sostienen
con el humo y la ginebra,
bailando silbidos de aire
hasta el amanecer.
Cobardes atrapados en mundos masturbatorios,
presos de placeres momentáneos,
atados a una mentira.
Huyendo de la vida real.
Ratas que abandonarán el barco que justo acaba de zarpar
lleno de criptodivisas.
Competencia, guerra, fútbol, fútbol,
series, violencia, fútbol,
fútbol, televisión.
Sentimientos opresivos.
Antidepresivos para los depresivos.
Irrealidad virtual.
Escapar de esta realidad
donde se nos atascaron los sueños
rotos.
En un clima que está loco.
Hemos convertido al mundo
en un enorme manicomio.
El horizonte nos espera podrido
a lo lejos.
Y está cada vez más cerca…