El monstruoso espécimen de la libertad: hasta ese punto hemos llegado. Muchos se horrorizan ante su presencia:
sus cuernos protésicos, sus tumores voluntarios en brazos y piernas, una cruz en la mano derecha, agujeros por todas partes en una cara dilatada por perdigones de acero, una cresta respeta el credo de su piel tintada de arte.
Donde algunos no pueden sentir más que rechazo, yo respiro libertad: he ahí el último refugio del atrevimiento, del valor que precisa aquel a quien no le importa nada el qué dirán ¡Eso es! precisamente: eso es la libertad. Una moda no apta para modas.
La mirarán con ojos de escándalo aquellos atascados en esta sucia sociedad.
Pero ella tiene lengua de serpiente: dispuesta a cagarse en todos vuestros pecados. Esos que os hunden en la infinita culpa.
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