Guión a) Luz se entera
Lucas Lobos. –A ver, no es todo tan como tú te crees que es. Que me haya acostado con otra no significa que ya no te quiera… no. Las cosas no son tan simples. Lo de anoche surgió sin más, yo qué sé… Yo no lo planeé ni lo busqué ni nada. Tan solo me dejé llevar… ¡Ay! Putos chupitos de jagger. Qué dolor de cabeza tengo…
Luz López. –Muy bien. ¿Has terminado ya?
Lucas Lobos. –No. Mira. Yo creo que lo que me pasa es que tengo como dos almas: la una, la de Lucas, es muy tímida. Es prudente, cortés, educada. Es culta, reflexiva, pausada y respetuosa… pero la otra, la de Lobos… esa es puro instinto animal. Es lasciva, pasional, impulsiva, agresiva, codiciosa. A veces es incluso un poquito sádica. Y lo peor: está casi siempre hambrienta. Aun siendo yo aparentemente Lucas, lo cierto es que muchos (quizás la mayoría) de mis actos están guiados por mi otra alma; por mi alma animal…y yo no puedo evitarlo. Pero quiero que tengas muy claro que yo te quiero y que…
Luz López. –Venga, va, no me cuentes más películas. Escúchame bien: no quiero volver a verte
Luz llega a casa. Enciende el ordenador. Pone “El diario de Noa” –su película favorita. Toda la película llorando como una magdalena. Piensa: “¿Cuándo me va a querer a mí alguien así? Yo creo que me lo merezco ya….” .
Cinco años después lleva gastados 12.000 euros en psicólogos. Acaba de inscribirse en una página web de citas a ciegas –pero esta es para solteros mentalmente sanos, bien aseados y sin halitosis. O eso promete el eslogan…
Guión b) Luz no se entera de nada
Luz López. –¿Vemos El diario de Noa?
Lucas Lobos. –¿Otra vez?
Luz López. –Es que me apetece mucho verla
Lucas Lobos. –No me jodas, Luz
Luz López. –Porfiiiiiiii…
Lucas Lobos. –Ay, dios…
Luz llega a casa con Lucas. Enciende el ordenador. Pone “El diario de Noa” –su película favorita. Se tumba al lado de Lucas, se tapa con el edredón. Apoya la cabeza en su pecho, su brazo envuelve su torso. Luz se relaja, cierra los ojitos. Poco a poco se va quedando dormida.
Cinco años después, Luz y Lucas están casados y tienen dos hijos –bastante feíllos, los pobrecitos…
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