Cásate

Estaba enfadado porque su mujer

ya no le hacía de comer.

 

Estaba enfadada porque su marido

había dejado de comerle el coño.

 

Ella se compró un satisfyer; él, un microondas.

 

El Siglo del Individuo seguía su curso para este matrimonio

que lo era solo en el nombre.

 

Si no se divorciaron fue solo porque,

por separado,

no podían pagarse un piso.

 

La mujer seguía encerrándose en sus orgasmos con pestillo

y el marido comprendió que, en su hambre,

solamente manda él.

 

A las cocineras se las considera solo grandes chefs en sus cocinas,

Pero ella se alimentaba

a través de su vagina.

Sobrepeso de placer pal’ coño.

Enjutez, gastroenteritis, apetito insaciable

para ese torpe marido.

 

No tuvieron ningún retoño

que se pasara la tarde haciendo amigos

por YouTube,

por lo que sus estirpes

terminarían en sendos catres

separados.

 

No se agarrarán de las manos en ese

último aliento,

pero probablemente agarrarán sus móviles

para poder tuitearlo…

 

70836673_2575542109206079_115567648560906240_n

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s