Un día como hoy de 1980 se celebró el referéndum que nos otorgó la autonomía política como andaluces. No obstante, que nadie piense que este fue un camino de rosas. Mucho antes, el 4 de diciembre de 1977, los andaluces salieron masivamente a las calles reclamando su legítimo derecho a la autonomía. Ese mismo día, los herederos de quienes treinta años antes arrojaran el cuerpo de Blas Infante en una cuneta de la carretera de Carmona asesinaron a Manuel Caparrós de un disparo de bala durante la manifestación de Málaga. Tenía 18 años.
Los terratenientes y señoritos andaluces, brazo económico-ideológico de los inmovilistas, se posicionaban firmemente en contra de la autonomía bajo el lema «Viva Andalucía Española», temerosos de que un cambio de régimen hiciera tambalear sus privilegios. Todos sus temores eran infundados: cuarenta años más tarde, ya con la autonomía bajo el brazo, las cosas siguen prácticamente igual que entonces. Lo que antes eran jornaleros, ahora son camareros.
Por todas estas razones, muchos siguen reivindicando el 4 de diciembre −y no el 28 de febrero− como Día Nacional de Andalucía, ya que simboliza el verdadero espíritu de la demanda de autonomía y nos impide olvidar cuán duro fue −y sigue siendo− el camino hacia la prosperidad de este pueblo tan jovial y caliente como fragmentado y autodestructivo.
Hoy es un día de fiesta para (casi) todos los andaluces: los niños no van al colegio y los trabajadores que conservan ciertos derechos (hoy disfrazados de «privilegios») también tienen el día libre. Así que saquen a relucir su bandera blanca y verde y felicítense los unos a los otros, si lo desean; pero al menos no se olviden del lugar de dónde venimos.
Yo no lo olvido, quillo.
Salud, andaluces.
2 comentarios en “[28 de febrero] Una «mijita» de memoria”