Con la entrada en el poder de un nuevo gobierno a su gusto, la mente de muchos votantes entró en modo avión.
La coalición sigue adelante a pesar de esa mucha otra gente, que antes estaba en silencio y ahora se muestra beligerante
aun por cosas que no se han hecho −ni tienen pensado hacer−.
Ningún gobierno es decente en estos tiempos de Twitter, ningún gobierno es decente porque lo lejano y lo reciente
cuentan con iguales enemigos.
Lo llevan crudo el gobierno de turno y la gente. ¡Más que crudo! Y la cruz, en su frente. Ya sean cobardes o valientes, inteligentes o rudos,
aquí el que duerme más caliente es el que nunca aparece ante el foco. Ese que siembra la simiente del odio entre amigos y parientes, convirtiendo nuestra tierra
en un planeta de enemigos.
Juguetes, somos juguetes jugando en manos de un titiritero desconocido
que viste con el sudor de tu frente desde el eterno cielo de su lujo
mientras nos manda a todos al infierno. ¡Deja el teclado, hermano, y sal al mundo! Al menos, sobrevivamos: cómprame y véndete mucho…
…O cógete de mi mano y empuña conmigo la evolución.
Y volemos por los aires los mercados,
Y construyamos un mundo mejor.
Juguetes, corten sus hilos. Juguetes, ¡guerra! ¡Revolución!