¿La historia se repite? #StopBulos

El día 17 de abril, la organización Open Democracy denunció el surgimiento de 10 teorías conspirativas antisemitas distintas en el transcurso de apenas un par de semanas (del 20 de marzo al 3 de abril). Una búsqueda de las palabras “judío” y “coronavirus” en Twitter dio como resultado 207 tuits en los que se asociaba el COVID19 con la comunidad judía (de entre los cuales, 164 eran publicaciones noticiadas y el resto -43- estaban formulados en forma de opinión personal). Las 10 teorías detectadas fueron las siguientes:

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Si bien es cierto que un par de centenares de tuits se antojan insuficientes para desatar una ola de antisemitismo, sí que nos sirven para ejemplificar de una manera tremendamente gráfica hasta qué punto puede la historia repetirse si nos olvidamos de ella.

*  *  *

 

Nada nuevo bajo el sol

El término posverdad parece haber pasado a mejor vida absorbido por la omnipresente actualidad de la palabra bulo, que no es más que su manifestación concreta. Pero cabe destacar que ninguno de estos términos supone verdaderamente el nacimiento de un nuevo fenómeno. Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi, concretó en 11 los principios que regirían su labor, cuya eficacia es ya por todos de sobra conocida. Principios todos ellos que se están aplicando ahora con una virulencia y precisión en ocasiones casi quirúrgica.

– La aplicación de los 11 principios propagandísticos de Goebbels durante la crisis del coronavirus

Para poder analizar cómo operan estos principios pongamos como ejemplo el siguiente mensaje, ampliamente difundido en redes:

Este mismo mensaje, con algunas variaciones mínimas, ha sido difundido masivamente por las redes en las útlimas fechas

 

1. Principio de simplificación

Adoptar una única idea, un único símbolo. En este caso: el Gobierno “social-comunista” controla los medios de comunicación.

 

2. Principio del método de contagio

Reunir diversos adversarios en una sola categoría. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada: los “social-comunistas”.

Principio del método de contagio de Goebbels

 

3. Principio de la transposición

Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

 

4. Principio de la exageración o desfiguración

Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

  • La noticia sin intoxicar:

principio de la exageración de Goebbels, imagen 1

  • El resultado de la intoxicación:

principio de la exageración de Goebbels, imagen 2

principio de la exageración de Goebbels, imagen 3

  • Comunicado de WhatsApp:

“WhatsApp ha tomado recientemente una serie de medidas para hacer frente al reto de la desinformación que se comparte en el servicio. Hemos introducido un nuevo límite global para reducir el número de veces que se pueden compartir los mensajes frecuentemente reenviados, con el fin de mantener el carácter personal y privado de WhatsApp, y limitar la propagación de mensajes que puedan contener información errónea. Una vez que un mensaje ha sido compartido 5 veces, ahora solo será posible reenviar ese mensaje a otros chats de uno en uno. Este límite se aplica automáticamente y no guarda relación alguna con el contenido del mensaje -que WhatsApp ni ve, ni modera, ni censura- porque todos los mensajes y llamadas de WhatsApp están protegidos con un cifrado de extremo a extremo.”

 

5. Principio de la vulgarización

“Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

principio de la vulgarización de Goebbels

 

6. Principio de orquestación

“La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí procede la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

principio de la orquestación de Goebbels

 

7. Principio de renovación

Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

principio de la renovación de Goebbels, imagen 1

principio de la renovación de Goebbels, imagen 2

principio de la renovación de Goebbels, imagen 3

 

8. Principio de la verosimilitud

Construir argumentos a partir de fuentes diversas. Bastaría con echar un vistazo a OkDiario, Libertad Digital, Mediterráneo Digital, La Razón, ABC… , darse un chapuzón en las redes, o revisar las imágenes aquí compartidas para comprobarlo.

 

9. Principio de la silenciación

Acallar cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario.

principio de la silenciación de Goebbels, imagen 1

principio de la silenciación de Goebbels, imagen 2

 

10. Principio de la transfusión

La propaganda opera a partir de un sustrato preexistente (ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales). Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en dicho sustrato.

Dicho sustrato es el anti-comunismo:

principio de la transfusión de Goebbels, el anticomunismo

 

11. Principio de la unanimidad

Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”. Crear impresión de unanimidad.

principio de la unanimidad de Goebbels

*  *  *

 

El origen del bulo: ¿falta de comprensión lectora, o un fructífero intento de engaño?

El mero planteamiento de posturas absurdas obliga a un repliegue del pensamiento hasta el punto de llegar a regodearse en reflexiones de parvulario. Si algo tienen en común las fakes news y las creencias estúpidas es que confinan la inteligencia de quienes tratan de rebatirlas, atrapando sus pensamientos, esfuerzos y razonamientos en una incongruente telaraña que impide cualquier avance mínimamente serio.

El presente artículo es, en ese sentido, el resultado de una evidente derrota. Pero ya que estamos embarrados, llegaremos hasta el final.

el bulo de Ana Pastor y WhatsApp

Este pantallazo proviene de la sección de preguntas frecuentes de la web de WhatsApp (concretamente, del apartado “Información acerca de los límites de reenvío”). En esta ocasión, los propios divulgadores han tenido la delicadeza de compartir el link que enlaza hacia el contenido antes mencionado, para que “tú mismo” puedas comprobar cómo “la becaria de Ferreras” controla la “información privada” en la aplicación de mensajería móvil propiedad de Facebook.

Bastaría ahora, pues, con cliquear en dicho enlace para comprobar los fundamentos prometidos que han originado esta fecunda polémica.

Así, cuando lo hacemos, tenemos lo que prosigue:

“Nos importa mucho la seguridad de nuestros usuarios de WhatsApp, por lo que seguimos concentrándonos en prevenir la desinformación. Si los datos que recibes parecen sospechosos o imprecisos, te recomendamos verificarlos con estas Organizaciones de verificación de información de IFCN oficiales”

A continuación de este breve párrafo aparece un listado con 42 agencias verificadoras, entre las cuales se incluyen las dos destacadas en la anterior imagen: Newtral y Maldita.

⇒ https://faq.whatsapp.com/126787958113983

Tal y como se puede comprobar con una sencilla lectura, se trataría tan solo de una sugerencia por parte de WhatsApp para que quien así lo quiera, libre y voluntariamente, contraste la información que le llega en el caso de que, según su propio criterio, sospeche de su falsedad. Algo que está bien lejos de las afirmaciones de “control” de la “información privada” que este tipo de publicaciones ha sostenido y viralizado hasta hoy.

Aun así, puede que la aclaración anterior deje todavía algunos cabos sueltos para quienes no manejan el adecuado contexto de todo este asunto. Y puesto que valorar el estado de un bosque por la mera contemplación de un solo árbol podrido puede conducir a infinitas inexactitudes en su diagnóstico, a continuación expondremos una sucinta visión panorámica a fin de dejar bien atados todos los cabos dudosos.

– ¿Por qué Facebook persigue los bulos?

Como toda historia tiene un principio, el de esta se sitúa en el escándalo de Cambridge Analytica.

el escándalo de cambridge analytica, BBC

Dedicada al análisis de datos para el desarrollo de campañas de propaganda, Cambridge Analytica estuvo utilizando desde el año 2014 ingentes cantidades de información obtenida a través de Facebook.

Gracias a todos esos datos, la empresa pudo inferir los perfiles psicológicos de los diferentes usuarios de dicha red social, identificando así el contenido, tema y tono más adecuados para dirigirse a ellos, a objeto de poder cambiar su forma de pensar en favor de la marca o político para quienes trabajasen.

Hasta aquí todo normal, puesto que estaríamos hablando de una empresa de marketing al uso.

Pero el problema surge cuando dicha compañía, lejos de limitarse al envío de publicidad personalizada, se estuvo dedicando también a desarrollar una serie de noticias falsas que luego fue replicando a través de las redes sociales.

Cuando estas prácticas salieron a la luz, pasó lo que se destaca en el anterior titular de la BBC: pérdidas de 37.000 millones de dólares en un solo día para la empresa de Zuckerberg.

Sin la necesidad de adentrarnos en el farragoso terreno de si Facebook pretende o no controlar el contenido de su plataforma por motivos políticos, los hechos en este caso resultan mucho más simples: Facebook debe controlar la difusión de los bulos porque eso le resta credibilidad y usuarios, y por lo tanto erosiona su cuenta de resultados. Una decisión al 100 % económica que no solo afecta a España: también a todos los países en los que Facebook opera.

– ¿Por qué Facebook escoge a Maldita y Newtral en España?

Contestar a esta pregunta es todavía más simple: Facebook escoge* a Maldita y Newtral porque son las dos agencias de verificación disponibles en nuestro país. Si hubiera habido otras, las habría contactado también (tal y como hicieron posteriormente con EFE y AFP).

*En realidad Facebook no «escoge» (al menos directamente) los agentes verificadores; lo hace la IFCN.

– ¿Por qué los verificadores de información en España son estos y no otros?

Resulta bastante lógico pensar que quienes se lanzan a perseguir los bulos sean quienes consideran que los bulos son un problema para la sociedad, bien porque se hayan sentido ideológicamente aludidos, bien porque defienden un periodismo honesto. En esa línea, sería absolutamente impensable que Eduardo Inda, por poner un simple ejemplo, se lance a perseguir unos bulos de los cuales se nutre permanentemente (y como él, todos aquellos medios y periodistas cuyo mensaje se ve fortalecido gracias a la influencia de los mismos). En contraposición, Ana Pastor lleva años presumiendo, con mayor o menor acierto, de perseguirlos.

– La falsa asociación «Gobierno socialcomunista = Ana Pastor = Censura en redes sociales»

bulo gobierno socialcomunista censura

Tal y como se ha podido inferir de las anteriores líneas, la decisión de WhatsApp de restringir los reenvíos se inserta dentro de una política global de su empresa matriz, Facebook, llevada a cabo con el fin de evitar otro escándalo que merme su cuenta de beneficios. Luego, ¿se puede afirmar que el Gobierno o Ana Pastor estén detrás de esta medida? La respuesta (a menos que uno sea un fanático cavernícola) es un no rotundo.

Por otra parte, los difusores de este tipo de bulos nos están tratando de convencer de que el Gobierno “paga” a una serie de periodistas (Ana Pastor incluida) para opinar lo mismo que, efectivamente, ya opinaban antes. Luego ¿se puede afirmar que el Gobierno esté financiando a todos estos periodistas? Lo cierto es que la mera insinuación se desmorona por sí sola.

Una asociación tan simplista como esta recuerda al sesgo del homo economicus; una tesis que afirma que el ser humano actúa solo y exclusivamente movido por el dinero, sin convicciones personales propias que le motiven. Parece lógico que piense así aquel que efectivamente actúa de esta manera* (“lo que dice Juan de Pedro dice más de Juan que de Pedro”), lo que nos daría una pista de que, quizás, detrás de esta oferta masiva de bulos exista una fuente financiera perfectamente organizada. Algo que, de momento, no pasaría de ser una mera hipótesis (aunque, eso sí, bastante verosímil).

*No olvidemos que para algunos la información sí es sinónimo de negocio.

La junta de Andalucía paga por arículos elogiosos sobre su gestión de la crisis

noticia patrocinada por la Junta, gobernada por el PP-CS

*  *  *

 

Los bulos: ¿problema menor, o una grave amenaza?

Los creadores y difusores de los bulos se autoproclaman en estos tiempos como los defensores de una libertad de expresión peligrosamente amenazada y perseguida. Pero ¿pueden las injurias y calumnias considerarse protegidas dentro del marco jurídico de un sistema democrático? Quizás la marea de «constitucionalistas» ya conozcan la respuesta; pero por respeto al resto, trataremos de razonarlo.

No podemos olvidar que la opinión pública es un aspecto fundacional de las democracias liberales; de ahí los constantes intentos de pastorearla por parte de los gobiernos, empresas y medios de comunicación.

Toda opinión dentro de una democracia liberal es respetable, así como toda manera de transmitirla (incluyendo el sensacionalismo más atroz y los titulares capciosos).

Es más: un sistema democrático puede incluso llegar a soportar un cierto nivel de bulos sin llegar a verse afectado de forma significativa por ellos.

Pero cuando estos bulos adquieren el estatus de verdad para una porción lo suficientemente relevante de la opinión pública, estaremos incurriendo en un fraude democrático.

Hablamos, dicho sin pelos en la lengua, de una estafa (que resulta tanto más grave cuanto que puede llegar a afectar a mucha más gente que a los propios “estafados”).

Y este problema, sin ir más lejos, es capaz de poner en jaque al propio sistema democrático.

«El derecho a recibir información veraz (artículo 20 de la Constitución) se ha convertido en uno de los principales fundamentos de la realidad democrática, que nos ha permitido consolidar una opinión pública plural y libremente formada, contribuyendo a la consolidación del Estado social y democrático de derecho».

 

Jesús López de Lerma, profesor de Derecho Constitucional de la URJC

– La paradoja de los mentirosos

La gran ironía de esta situación es la siguiente: los mismos que han creado y difundido los bulos lloran ahora por la necesidad que ellos mismos han generado, que es la de establecer un control de la información para poder combatirlos.

Y lo hacen con la desvergüenza añadida de señalar a tal gobierno o a cuál ideología de estar detrás, en este caso concreto, de una decisión tomada por una empresa multinacional privada (y para más escarnio a la inteligencia, de una decisión tomada a nivel global).

La única culpa de que existan Maldita y Newtral (y de que Facebook haya tenido que recurrir a estos y a muchos otros medios verificadores en todo el mundo) es de los propios difusores de los bulos. Esa «censura» de la que tanto se quejan (y que en malas manos puede ser un instrumento perverso) es una obra genuinamente suya.

Así que démosles las gracias por este loable retroceso; porque las cosas pueden ponerse, ahora sí, verdaderamente turbias.

– ¿Estamos caminando hacía un abismo totalitario?

El CIS pregunta sobre los bulos y abre la puerta a la censura en España - copia

La manera de plantear esta problemática por parte del CIS es inquietante; pero no por ello resulta menos lógica si nos atenemos a los hechos. Y es que, si nos comportamos como niños traviesos y/o subnormales, después no podemos extrañarnos si quiere venir Papa Estado a decirnos: “¡Suelta eso, niño! ¡Caca!”.

Parece evidente que todo gobierno, hasta el más honesto y bienintencionado, puede incurrir en abusos de poder si la propia población le otorga el derecho de sancionar la información. Pero ¿qué ocurriría si tomasen el poder los propios difusores de todos estos bulos?

No es descabellado pensar que esto pueda ser así, viendo lo que ha ocurrido con personajes como Bolsonaro o Trump. Lo que nos lleva a lanzar una última reflexión:

El propio divulgador de bulos puede erigirse finalmente como el artífice del establecimiento del bulo como “verdad oficial”.

De acabar sucediendo esto, ¿la historia se repetiría?

 

Un comentario en “¿La historia se repite? #StopBulos

  1. Àngel Pérez Beroy

    No estoy seguro de que los bulos se combatan mejor con la censura que con la verdad. La cosa es qué se puede considerar verdad o qué versión de la verdad se toma como referencia. Y lo importante es que esa verdad este en situación de contrarrestar el bulo, quizás propagándose junto a él.

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