De primerizos e ingenuos,
por no apagar la llama
surgió un incendio. *
Puse clavos en mis manos y me colgué en las alturas para observar mejor mi propia destrucción.
Ahora puedo ver mi sangre recorrer cruz abajo el camino que lleva hacia el suelo que me abandona
y pintar con ella suavemente mi dolor en el mundo.
Ya a lo lejos, allí donde mi vista se pierde para siempre, descubro a mi antigua alegría retozando con el horizonte,
danzando como un orgasmo,
poniéndome los cuernos,
haciendo sus propios planes.
Sé que debo desintegrarme para poder resucitar
y, quizás,
con un poco de suerte,
volveré a la vida cabalgando
a lomos
de una próxima luna de agosto.
Llegó la hora de la cosecha:
Recojo las tempestades que sembré.
El aire huele a azufre y a olvido.
Y duele.
«Te jodes», eructó el viento.
La sociedad entera desprecia mi negra espalda y mis piernas libres.
Quisieron aniquilarme y no lo consiguieron.
Y no sé qué les asquea más:
que sea okupa,
o cucaracha.
Qué raro este lobo…
Enmudece mirando a la luna cuando está llena,
Pero
¡Qué fuerte aúlla cada vez que esta enflaquece!
Tantos años ardiendo,
Muriendo, viviendo,
Que ya no recuerdas siquiera
Si te mereces tu mala fama
O si solo te la creíste.
¡Ay, Satanás! Pero qué bien duermes
Después de hacer el amor…
¿Por qué el marinero vuelve a la mar después de gozar del amor de la doncella?
Precisamente, para volver a gozar del amor de la doncella, vuelve a la mar.
Discuten un orgulloso ignorante y un intelectual soberbio. El ignorante levanta la voz y el intelectual le ignora, descalificándole con su silencio.
A su alrededor, las masas se apelotonan. Han escuchado aquel grito; ahora comienzan a repetirlo…
Cada vez lo repite más gente… el grito ya es unánime… el grito se ha vuelto un himno.
El soberbio intelectual queda descalificado por aplastante mayoría. “No está hecha la miel para la boca del asno” -se dice el intelectual soberbio, que ahora es también solitario-.
Leer Más¿Por qué vuelve tantas veces Caperucita a la casa del lobo aun sabiendo que no es su tierna y dulce abuelita?
Y lo que es peor: ¿por qué se sorprende tanto cada vez que la abuelita aúlla y le mete un zarpazo?
-Hemos detectado que desde su compañía se han estado creando sofisticados bots capaces de imitar a la perfección el comportamiento humano.
-Se equivoca: ha sido el ser humano el que se ha venido comportando cada vez más como nuestros bots.