El pingüino no quiso casarse

Aquel pingüino era esbelto, pero se parecía demasiado a los chistes. Se tambaleaba con torpeza de un lado para otro de su glaciar, en busca de una sola cosa: el amor. Y es que estaba verdaderamente obsesionado con ello, a pesar de haberlo ya vivido y gozado intensamente antes. Él creía NECESITAR de su fuente una vez más, beber el cálido y refrescante néctar de alguna otra figura blanquinegra capaz de otorgarle un nuevo sabor al éxtasis –se supone que los pingüinos son amantes monógamos… pero su naturaleza, inevitablemente, rugía. Leer Más


El Fin (?)

This is the end, my old friend. Seis camiones de bomberos en una calle estrecha sin fuego. Gente preocupada esperando un desenlace evidente. Olor a muerte, sin ningún cadáver en concreto. Jugar a la suerte y no salir ni cara ni cruz: la moneda ha estallado en pedazos. Leer Más