Me puse condón de esparto y la metí en una madriguera
Sin saber qué especie o raza me esperaría allí dentro.
La empuñadura de un sueño,
La espada del arrepentimiento,
La sangre de mi garganta brota en un harakiri en verso.
Inverso, el universo calla,
Mengua, encaja en un cajón de yeso
Y mierda. Dame un beso en la espalda pa’ que nunca pueda ver tu cuerpo
Y dime adiós, al fin adiós,
Que sin saberlo, hace ya tiempo
me ando despidiendo de esto…