Reconciliación

Sentirse como cuando se derrama una copa de vino sobre la alfombra; siendo tú el vino, siendo la alfombra lo que crees que importa. Cuando en el fondo, ni el vino, ni la copa, ni la alfombra destacan sobre el inmenso mar en el que vivimos ahogados sin saberlo; sin buscarlo; sin merecerlo.

Ninguna hormiga piensa que es especial dentro del hormiguero. Los humanos son otra cosa; el diámetro de sus ombliguitos puede asemejarse, para cada cual, a la Vía Láctea.

Los pies se alejan del suelo cada vez que uno imagina las alas de las que carece. La tierra es la árida casa, y aunque se encuentren lagos, charcos y riachuelos, hay que aceptar que nuestro maldito lugar, nuestro auténtico sitio, está en el barro.

Nos parecemos bastante más a los cochinos que a las mariposas. Y hay que vivir con eso. Encuentren su paz en ello.

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