La soledad es testigo

La soledad es mi amiga, pero tiene púas. Encerrado en ella soy libre y a su vez estoy enjaulado. Yo la miro y ella me mira y solos los dos nos quedamos plácidamente sentados en el sofá sin saber muy bien lo que hacer. Puedo quedarme dos horas con ella mirando un punto fijo de la pared sin pensar en nada concreto. Puedo leer y masturbarme bajo su atenta mirada. Puedo acumular basura, desordenar mi casa, cantar sin que me juzgue. Puedo ponerme a escribir esta mierda y comprender que estoy hasta los huevos porque, a veces, hasta ella me sobra.  

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