Ser lo suficientemente valiente

Me he llevado mucho tiempo pensando que era demasiado tarde. Pero me equivocaba: nunca es demasiado tarde.

Uno siempre está a tiempo de dejar que el fuego que grita en su interior le devore; dejarse consumir por él y convertirse en sus propias cenizas. ¿Y qué más da el resultado o las consecuencias? Lo importante es dejar que pase.

Porque así, solo así, merece la pena estar vivo.

Que nunca es demasiado tarde; tan solo es que nunca fuiste lo suficientemente valiente.

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